sábado, 18 de septiembre de 2010



Somos seres sociales, somos seres de unión, y quien diga lo contrario, miente. Nadie ama la soledad, ni es solitario, todos deseamos, crecer en un núcleo donde ser entendidos u reforzados, donde ser aceptados, como este pequeño árbol que nace en torno a estos tres, Bajo el cobijo de la triada, nace el nace el árbol de la vida. Bajo las emociones de nuestro niño interior, con el mecer de nuestro cuerpo físico y su entorno, y con la acogida de nuestra alma, crece libre y fecundo el árbol de la vida.
La nuestra, la que elegimos, la que podemos transformar en todo momento, gracias madre naturaleza por dar alas a mis células, por dar vida a mis sueños.
Soy un ser , que crece, en tanto reflexiono sobre todo aquello que se expone en imágenes anteriores, y en las de los que ya no están, y formaron parte de mis raíces…………..

Me oculte de ti, pero te sigo viendo, nada sacas con tu presencia, y nada gano con tu peso. Ya me canse de intentar moverte, ya me canse de llenar de piedras mi mochila, y es curioso cómo, solo creerme capaz de soltar la primera, las demás, fueron saliendo y quedándose a lo lejos. Esta vida es para comprender su presencia, pero a la vez para soltar cada una en su lugar, en su elección, no nacimos para mover el inmovilismo………………

¿Donde soy yo?, donde mi reflejo, siempre apoyándose en lo externo para conocer los limites, y nuca experimentando la inflexión, la perdida de uno mismo.
No son tiempos de cambio, son tiempos de observar el cuerpo, de conocer las aguas del olvido y salir de ellas, llenos de gotas de roció, que nos permita alimentarnos durante el día.
Ya no hay más reflejos, soy yo dentro del agua, no importa cuán cambiante sea el paisaje externo, soy yo la que decidí entrar en el agua, soy yo la que da forma a su reflejo.


Déjame envolverme en silencio, déjame crecer en torno a mí solo así podre desplegar mis alas, solo así podre ofrecer algo de mí.





Surge de nuevo mi esfera, crecen mis ansias de volar, y brota en mi la necesidad de ser transparente de nuevo, pese a las palabras ajenas, no nací para ocultar. Nací para ser niña eterna que juega con un hilo en el mar, nací para mirar la profundidad de las aguas con un hilo de metal. Mil formas tomare en el aire, soy así no puedo evitarlo, cada paso un ser nuevo cada día un rincón para moldear, soy así estoy viva, no lo puedo evitar, no lo quiero evitar. Se crecen mis alas y con ellas mi vuelo, crecen los días y con ellos las formas, toman mil rumbos, y en torno a ellas, un hilo conductos, esta vez de plata no, esta vez de agua pura cristalina, del centro de mi manantial; de mis emociones, del rincón de mi jardín interno, donde todo se crea, donde todo se extiende, donde todo fluye, a menos que yo obstaculice ese camino, donde ser y estar ya casi son lo mismo, donde se tejen las palabras que me permitirán empezar cada alba, con ganas de caminar.

Que nadie te niegue un abrazo por mí lejos que creas estar, que nadie se niegue el poder amar de nuevo, que los muros con frágiles ante la ternura, que las lágrimas caen desde dentro, cuando se impregnan de un abrazo verdadero. Que los hilos que plegaste, siguen adelante con ganas de tejer de nuevo.
No me mientas, y no te mientas a ti mismo, eres, somos, fuimos y cualquiera fue, el producto del que niega su dolor por falta de amor. Todos construimos alguna vez falsas realidades, ¿y qué?. A nosotros nos pertenece ahora, dejarnos abrazar de nuevo. Somos seres que sienten que aman, que perduran en su sentir, si lo callamos nos quema, si lo negamos se enquista, si lo compartimos crece y se expande, con el poder del sentir de nuevo, aunque no todas las ramas de esa expansión den fruto, porque el fruto, lo tienes dentro, porque el fruto eres tu mismo con la vida, y todos, sufrimos lo mismo, con diferentes nombres, con diferentes escenarios, pero la comedia la misma: La naturaleza humana. ¿A caso te crees que somos tan diferentes?
Que sabrás de mis intentos………..i no por ello, deseo permanecer oculto, porque la vida es pasión y la pasión es vida; y eso nada ni nadie te lo puede quitar. Vendrán mil noes, y algunos quizás, pero en el sí, más hermoso, se hallara tu capacidad de crear, y con ella el sentir y el amar.



Dicen que el land art, es el propósito artístico de alterar en alguna manera el suelo o la propia naturaleza desde ella misma, sin ir más lejos que el propósito estético o artístico.
Pero yo difiero, al geométrizar junto a la madre naturaleza, me convierto en un trazador de espacios, en un creador de espirales, que me permiten abrir nuevas vías geometrías en mí y en mi tiempo, las espirales se expanden y vibran e impregnan el aire, como yo lo impregno en mi vida diaria a través de mis palabras, de mis gestos, como cuando te escucho y mi silencio recoge tu vibración.
Es tan sencillo expandir, y tan extenso verbalizar; pero cuan complejo es cuidar ese verbo, no dañar a nadie con él, no incurrir en una invasión de espacio, no demoler las ilusiones de otro, no destruir las nuestras antes que empiecen a cobrar vía. Hay Dios, quien comprenda tus espirales, quien acceda a tus armónicos bucles del tiempo, quizá desde su inocencia, pueda y recoja, el flujo de los hechos cotidianos, que le permitan salir de sus nudos del alma, que le permitan extenderse, junto a los de los demás, como las hebras de un espacio continuo, tejen los pasillos de nuestras decisiones.




Son tantas las ocasiones en las que nos creemos en necesidad de ser el centro del mundo, de correr y sobrellevar todo aquello que impida que suceda lo inevitable, lo realmente real, que tejemos y tejemos vueltas en torno a un mismo circulo sin tener ya conciencia de cómo ha terminado nuestro centro en una cúpula de aislamiento, en donde ya no somos capaces de vislumbrar, los tejidos del alma, de los tejidos del miedo.
Donde ya no encontramos, salida, hay grandes y hermosos espacios, que nos permiten ejecutar el salto, transformar ese espiral que nos rodea, y que tejimos a voluntad, salir de las mallas del olvido y atrevernos a ser vulgares, a ser uno más , a llevar una vida sencilla, en constante expansión, sin los caminos de hierro que forjamos, para ser vistos, para ser importantes en la vida de alguien, salvo en la nuestra.
Cuando tomamos perspectiva, y vemos los grandes espacios entre vuelta y vuelta; solo hay un paso a dar, DEJARLO TODO ATRÁS, y cambiar de nuevo el trazo de los hilos de plata que nos sujetan al alma, y que nos ayudan a construir lo nuevo, para que no se vuelvan a enredar.

viernes, 17 de septiembre de 2010


Impregnar la huella en el salto del tiempo, abrir nuevos caracteres, que desenlacen en los espirales del entorno, nos permite, jugar con la geometría de la vida, todo es nuevo y está permitido, nada es reciente lleva ya miles de años, esperándome, esperándote, el arte y la vibración, son la confluencia natural, de las elecciones del alma.
Llévame de la mano, viaja cascada, llévame a recorrer tus recodos, acógeme en un instante de tus aguas, déjame formar parte de ti, déjame sentir tu vida junto a mí.



El mayor enigma como ser humano es mi relación con la naturaleza, el mayor enigma como ser vivo es mi relación con los humanos; mi mayor reto, integrar ambas cosas en mi paisaje personal, como todo ser vivo.
Es tan sutil el límite, es tan sencilla la línea, que en ocasiones el trazo de mi pincel confunde las realidades.

¿A quién no le ha ocurrido alguna vez?, ¿ Donde nace el ser?¿ dónde puede ser uno?.............
Solo en la fusión de la naturaleza, en uno mismo, caben los rincones y los destellos de ese instante, donde se producen los mayores vacíos, donde el tiempo es circular, en el silencio de un afán intrínseco por alcanzar la tierra como lienzo y sus regalos, sus materiales, como apoyo para un arte efímero, que reluzca, en las aguas de los sentimientos, y se diluya como la lluvia, en las capas de la tierra, en las aguas que la llevan al mar.
Crear, crear y crear, junto a lo que ella creo para que tu elijas; regalar ese sentir a su esencia, desprendiéndote de tu propia creación, en tanto a tomado cuerpo, para que se integre en ella. Como la naturaleza nos regala sus frutos, y nos deja cuando nuestras almas fluyen a otros planos y se desprenden del cuerpo físico.
Sentir, escuchar sus colores sus formas, y tan solo participe de su ritmo impregnar de vibración conjunta, ese espacio. Desde la sinceridad, desde la vacuedad, desde el si mismo, en un paisaje cambiante con la luz, con las estaciones, con la sorprendente gama de color, que la vida nos ofrece a cada alba.
Este es sin duda, mi primer trabajo, con intencionalidad, entre lo efímero y lo existente, entre el devenir de lo humano, en las aguas de los manantiales de Capafons, se halla, un puente entre lo visible y lo invisible.